19900331

0179 La décima musa

En ninguna otra mujer del universo
Se puede apreciar una belleza
Tan exactamente distribuida,
Como la que posee en su cuerpo
La mujer que con felicidad amo.
En la remota ciudad llamada Roma
Se empecinarían en llamarla Venus,
Y en una tierra llamada Grecia
Dirían que se llama Afrodita,
Otros dirían que es una musa,
Y algunos se extremarían en decir
Que nació un amanecer en la espuma
Y que en el mar se convirtió
En estrella fugaz con forma de mujer,
Pero yo tengo la certeza
De que su nombre es Priscilla,
Y de que los dulces ensueños
Que me hace felizmente disfrutar,
Son como gotitas cristalinas
De luces multicolores
Que caen como el rocío
En mi espíritu.
A veces cuando habla conmigo,
Me quedo como un niño embobado,
Porque cuenta de lugares extraños
Como el Parnaso, el Pindo y el Helicón,
Que me confundo en mi espíritu,
Entonces es cuando me mira,
Me toma de la mano,
Y con toda su dulzura
Tiernamente me sonríe,
Y es por el brillo de sus ojos
Que me puedo dar cuenta,
Que ninguna otra mujer de la tierra
Posee una fuerza seductora,
Como la que posee en su rostro
Y de que tengo la certeza
De que su nombre es Priscilla,
Y de que los dulces ensueños
Que me hace felizmente disfrutar,
Son como gotitas cristalinas
De luces multicolores
Que caen como el rocío
En mi espíritu.
En las tardes doradas por el sol
Cuando el cielo se torna purpúreo,
Es cuando viene a contarme
De Mnemosina y un tal Júpiter,
Los cuales dice son sus padres,
No entiendo claramente la relación
De esas historias extrañas,
Y siento cómo sus pensamientos
Invaden de amor mi mente
Y se estremece violento mi cuerpo,
Entonces es cuando decido enloquecer
Para sentir sus caricias,
Que imagino a mi entender
Es lo que me da la certeza
De que su nombre es Priscilla,
Y de que los dulces ensueños
Que me hace felizmente disfrutar,
Son como gotitas cristalinas
De luces multicolores
Que caen como el rocío
En mi espíritu.
Yo prometo que aunque no sepan
Su verdadera y única identidad
Voy a reverenciar su belleza,
Porque en ningún otro ser del cosmos
Se puede percibir una hermosura
Como la que tiene en su ser
La mujer por la que enloquezco,
Y aunque la llamen Venus,
O contrariamente Afrodita,
Como quiera voy a escuchar sus historias,
Sin importarme si las entenderé,
Solo confiando que su belleza
Podrá llenarme de sus pensamientos,
Y sentir la cálida sensación
De que poseo la certeza
De que su nombre es Priscilla,
Y de que los dulces ensueños
Que me hace felizmente disfrutar,
Son como gotitas cristalinas
De luces multicolores
Que caen como el rocío
En mi espíritu.
Me prepararé por si algún día al anochecer
Decide marcharse como estrella fugaz,
Por eso he escuchado las historias
Que ella me cuenta en los atardeceres,
Yo recordaré por siempre
Su perfecta y proporcionada belleza
Y espero recordar eternamente
La sensación que percibo junto a ella,
Que me hace sentir seguro
De que por más que se busque en lo creado
No encontrarán una perfección
Tan precisa como tiene esta mujer,
Y que aunque neciamente la llamen
Indistintamente Venus o Afrodita,
Por siempre tendré la certeza
De que su nombre es Priscilla,
Y de que los dulces ensueños
Que me hace felizmente disfrutar,
Son como gotitas cristalinas
De luces multicolores
Que caen como el rocío
En mi espíritu.

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