20200613

4348 El río Irawadi en las costas de Birmania

Cuando tus flores abren 
En los marcos de mis ventanas, 
Cuando el aura de tu pie asoma 
En el umbral de mi casa, 
Cuando luego de la transfiguración apareces 
Frente a mi como por artes de la magia, 
Todo es juguito de placeres 
Y se siente 
Como si el mundo entero girara 
En torno a la luz que tu cuerpo irradia.

Dejo de ser arroyito turbio
Manantial reseco,
Pozo agotado y me vuelvo 
El río Irawadi en las costas de Birmania.

Sin embargo, cuando la soledad, 
Esa maldita, 
Me acorrala,
Siento que no puedo pasar 
El paso estrecho, 
Mi voz se apresa 
En la garganta angosta, 
La angustia se instala 
En las curvas de mi boca.
Mi cuerpo es de rústica arenisca 
Sin la suavidad de tus corolas, 
Mis manos son la trampa 
Que me empujan por la rampa, 
Río abajo hacia mi mal.
Soy asfixiante pantano,
Arenas movedizas,
Maraña de meandros.
Me descompongo en las orillas 
De la calma, 
Me fragmento ante la tristeza, 
Devengo fango, arcilla, agua.