19930131

0867 El mundo sin fronteras

En los últimos días,
Recuerdo que mi vida
Aún continuaba dormida
Porque a mi nunca el amor
Me había arrebatado sin saber
Mis cinco sentidos,
Y de repente en mi interior
Y como si fuese accionada
Por un mecanismo de resorte,
Quedaron abiertas de par en par
Las descomunales compuertas
De la locura apasionada
Que tenía guardada
En lo más hondo de mi,
Porque todo en mi corta vida
Había transcurrido
Sin la más leve perturbación,
Hasta que tú apareciste
Ante mis deslumbrados ojos,
Como si vinieses del fondo
De la Caja de Pandora.
Y aún al momento de verte
Pensé que no serías más,
Que otra más,
Que se atrevía a llegar
A mi escondida guarida
De búfalo en celo,
Para caer prisionera
En mi enmarañada telaraña,
Y cuando encontré en tu cuerpo
La inmensa vastedad
De un mundo sin fronteras,
Decidí que te iba a amar
Como nunca te habían amado
Y desde ese mismo momento
Quedó mi alma encendida
Como un candelabro en la noche,
Como una fogata en el desierto,
O como los ojos de un amante
Poseído por la más febril
De las pasiones humanas,
Y en lo hondo de mi ser
Allá en lo profundo de mi corazón
Y en la superficie de mi razón,
Dije:
Te amaré en las buenas,
Y en las malas, te amaré,
Con la furia de un tornado, te amaré,
Te amaré con el ímpetu del mar,
Te amaré.
Porque cuando llegaste
Y desembarcaste en mi puerto
Y tocaste a mi puerta,
La única obsesión de mi vida
Fuiste tú,
Y en mi mente se plasmó
El único y exclusivo objetivo
De tenerte para mi,
Y clamé en lo hondo
De mi espíritu:
Te amaré con la grande paz
De un lago dormido, te amaré,
O como si fueses lo mismo,
Que un antiguo mito prohibido,
Te amaré con la locura de un poeta
Que ha perdido el tino,
Te amaré en el silencio callado
Y por igual te amaré
En el estruendoso escándalo,
Y en lo eterno y prohibido.
Porque cuando viniste a mi
Destrozaste sin más ni más
Mi escala de valores,
Dejando en mi boca la sensación
De que eras algo más
Que una diosa virginal
Que había elegido un cuerpo
Para hacerme padecer,
Poseído por la desesperación
De navegar en tus cielos
Y volar entre tus mares,
Como si fuese un loco soñador
Que ve realizada su utopía.
Porque cuando contemplé en tu cuerpo
La inmensa vastedad
De un mundo sin fronteras,
Pensé que querría comer
Copo a copo tu cuerpo,
Y beber copa a copa
Tu espíritu árido,
Por eso al sentirte
Cerca de mi ser,
En seguida en mi ser
Se grabó como una sentencia:
Te amaré arriesgando mi destino,
Te amaré en la luz,
Y en la oscuridad te amaré,
Te amaré en la mentira,
Y en la verdad te amaré,
Y con la furia de mil águilas
Te amaré...
Y con la exacta precisión
De un átomo o una ameba,
Porque preciso cerciorarme
De que te amaré
Con la extravagante pretensión
De un dios, encaprichado
En recorrer la inmensa vastedad
De tu mundo sin fronteras.
Y si no te amo
Como aseguro que te voy a amar,
Sé con precisa exactitud
Que voy a enloquecer
Por la agonía lenta,
De tener ante mis ojos
La excelsa belleza universal
Manifestada en un cuerpo virgen,
Porque en nombre del amor
Quedo en este momento
Consagrado como tu esclavo,
Para amarte y bendecirte
Eternamente y para siempre,
Y así poder tener para mi ser
La inmensa vastedad
De el mundo sin fronteras
Que se encuentra preso
Entre tus ropas,
Y por eso y mucho más
Te amaré,
Con la astucia de los duendes,
Y con la excusa impertinente
De un lobo enamorado, te amaré,
Te amaré en lo callado
Y con el bullicio nocturno, te amaré,
Porque con tu espíritu dulce
Has colmado de bienes
Mi ser entero,
Y sin ánimos de pretender
Exagerar en lo absoluto,
Sé que te amaré con la agonía
De un moribundo,
Porque sé en mi interior
Que posees en tu ser,
La inmensa vastedad
De un mundo sin fronteras.
Porque cuando te conocí
Pareció que una bomba
De proporciones devastadoras
Hubiese caído sobre mi piel,
Y la desesperación de tenerte
Se esparció en mi vida
De una forma tan agobiante
Que decidí en mi corazón:
Que te amaré gota a gota,
Y palmo a palmo, te amaré,
Porque sé que tu voz
Es para mis oídos
Como música culta que eleva
Mi espíritu al séptimo cielo,
Y puedes dar a mi ser
Las cosas inenarrables
Que pueden ser leídas
Como ingenuos petroglifos
En la inmensa vastedad
De tu cuerpo sin fronteras.
Y por eso debo agradecerte,
El que permitieras a mi cuerpo
Navegar en tu cuerpo,
Como si fuese un velero
Dejado al pairo en alta mar.
Por eso respondí
Desde mis más hondos adentros:
Te amaré en lo sublime y exagerado,
Y en lo puro y deseado, te amaré,
Porque quedo en este momento
Rendido a tus plantas,
Como si fuese mi entero ser
La alfombra donde deslizas
Tus pies de doncella bella,
Ámame...
Y veras que la dulzura
De mi amor apasionado,
No conoce de limites,
Ni tampoco de corduras.
Porque yo sé que al tener para mi
La inmensa vastedad
De un mundo sin fronteras
Para recorrerlo lentamente
Con la parsimonia aletargadora
De un amante empedernido,
Mi espíritu quedará reducido
A tu más leve voluntad,
Y por eso he decidido
Que te amaré mientras exista
En mi más pequeña célula,
La más breve insinuación
De que me amarás.
Porque al conocerte
Quedó impresa en mis ojos
La estrepitosa pasión
Que encendiste en los sótanos
Más arrabalizados de mi ser,
Y con tu sonrisa de hembra
Hiciste añicos los esquemas
Que tenía colgados
En las paredes de mi interior.
Porque con tu belleza astronómica
Desestabilizaste los cimientos
De mi locura,
Y al encontrar en tu cuerpo
La inmensa vastedad
De un mundo sin fronteras,
Dejé que la pasión más rabiosa
Me poseyera,
Y me deslicé por tu piel
Como si fuese lo mismo
Que un navegante interplanetario
Que hace colisión con la tierra,
Hasta que queda desvanecido
Por la excitante locura del placer,
Y por eso fue que abiertamente
Vociferé de voz en cuello
Y delante de las multitudes,
Que te amaré con la insistencia
De un péndulo sincronizado.
Porque mis pupilas dormidas
Quedaron en llamas encendidas
Al transportar mis ojos
Por la inmensa vastedad
De el mundo sin fronteras
Que se encuentra circunscrito
Entre las coordenadas
De la más alta perfección,
O sea, tu cuerpo, tu espíritu,
Y todo tu entero ser
Por los siglos de los siglos
A lo que se te antoje,
Porque yo sé que puedes elevarme
Hasta las más altas
De las dimensiones conocidas,
Porque tú encierras en ti
La dulzura, la cordura,
La bondad y lo sublime,
Entre tus labios de niña
Y por eso he preferido
Aclarar públicamente,
Que me voy a adherir a ti
Como se adhieren al cielo
Las estrellas en la noche,
O como se adhiere a la mar
El rocío de la madrugada,
Porque sé perfectamente
Que si jamás vuelvo a tener
La inmensa vastedad
De tu cuerpo sin fronteras,
En el acto estaré firmando
El más lúgubre epitafio
Escrito para un amante,
Poseído por el espíritu
De la más encendida pasión
Y si por alguna u otra
De las estúpidas razones
Que existen para perderte
Llegan hasta mi algún día,
Te juro por mi diestra
Que el universo cósmico
Perderá su bella armonía,
Porque el amor que tengo
Consagrado a tu servicio,
Sin ti, quedará convertido
En la más espectacular
De las iras,
Soy capaz de ir a buscarte
Hasta el mismo corazón
Del reino de la muerte,
Porque el amor sublime
Que tengo por tu ser
Me servirá de estandarte,
Y con el emblema de tu risa,
Se que saldré a flote
Para reunirme contigo
Y de nuevo volver a tener
Exclusivamente para mi
La inmensa vastedad
Del mundo sin fronteras
Que está atrapado en ti,
Como lo está mi corazón,
Hinchado de un sentimiento
Que me obliga forzosamente
A susurrar y a vociferar,
A proferir y hasta a jurar
Que te amaré,
Con la fuerza de los astros,
Y con la insistencia del pasto
Que renace tras las pisadas
De los simples de este mundo.
Y por eso levanté carteles
En todas las vías y direcciones
De mi infantil ilusión de hombre,
En donde claramente se puede leer:
Te amaré,
Como único objetivo, te amaré,
Y a lo ancho y lo profundo,
Porque yo nada más vivo
Para amarte y adorarte.
Porque solamente tú,
Fuiste capaz de romper
Como por arte de magia
Mis estandarizados esquemas,
Y mis escalas de valores.
Porque en ti yo encontré
La inmensa vastedad
De un mundo sin fronteras
Ya que, lo que para mi conciencia
Era sublimemente hermoso,
Quedó ridículo ante tus ojos,
Tus pechos y tu piel.
Y por eso fue que empecé
A amarte como nadie
Jamas podrá volver a hacerlo,
Porque fue que tú ultrapasaste
Los linderos de mis fronteras.
Fuiste más allá del más allá
De mi fuerza viril,
Y sinceramente me enamoraste,
De una forma tan exagerada,
Que tuve que rendirme
A tu majestuosa figura
De diosa atrapada,
En la vasta inmensidad
De tu cuerpo sin fronteras.

No hay comentarios.: