19910131

0411 Escrito sobre Priscilla

Sus pechos parecían dos montañas
Que se perdían lentamente
Entre la bruma de la distancia,
Y sus hermosos labios
Parecían una escultura tallada
De un esbelto y frágil rubí.
No sé porque el Señor Dios
La dotó de una belleza
Tan exactamente proporcionada.
Lo que sí sé con seguridad,
Es que la amé sin control
Desde el mismo momento
En que percibí su figura,
Y sin más ni más que su sonrisa,
Me enamoré perdidamente
De cada uno de sus pasos.
Si no perdí la cabeza
Por amarla tan intensamente,
Fue porque la necesitaba
Para amarla con todos mis sentidos,
Para aprehenderme sus curvas
Y todas sus delimitaciones.
Porque estaba llena de una gracia
Cual nunca antes se había visto
Desde la fundación del mundo.
Por eso fue que la amé
De una forma desproporcionada.
Porque sus pechos parecían dos montañas
Que se perdían lentamente
Entre la bruma de la distancia,
Y sus hermosos labios
Parecían una escultura tallada
De un esbelto y frágil rubí.

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