19901231

0383 Imponentemente como una emperatriz

Interrumpiste mi extremada sordidez
Cuando llegaste con tus ojos café
Hasta mi corazón enlutado,
Conmocionaste cada molécula
Que componía mi alma
Y alteraste irremediablemente
Cada ínfima neurona
Que poseía mi cuerpo,
Llegaste improvisadamente
Sin ni siquiera estar esperándote
Y con la paciencia de tu amor
Decidiste conquistarme,
Inundando mi torrente circulatorio
De un placer inexplicable,
Llegando a cada suburbio
Que contenía en mi espíritu,
Eras muchísimo más
Que una muchacha atractiva
Vestida con prendas reveladoras,
Porque poseías unos ojos
De intenso color café,
Que vinieron a mi corazón
Con un ímpetu descomunal
Y te estableciste imponentemente
Como una emperatriz,
Entre la sustancia adiposa
Que se encuentra entre mis huesos.

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