No me tamices la luz,
Déjala pasar entera,
Incólume, sin doblez,
Hasta el final,
Como espada líquida,
Hasta el último eco
De este angosto corredor
Que atravieso,
Como un pez abisal,
Con todo este equipaje
De sombras,
Arrastrado en la red
De mis aletas,
Tensando sin tregua
El músculo dilatador
De mis narinas.
Hoy se a ciencia cierta
Que tú descifras
Los misterios de mi Atlántida,
Revelas los enigmas
De mi esfinge,
Resuelves los secretos
Sumergidos de mi psique.
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