Como en la escena final
Del diluvio mesopotámico,
Mis frágiles barcas
De salvación
Fueron a encallar
A tus montañas.
Se murmura
En las leyendas
Que mañana,
Cuando el tiempo
Repita su hora,
Las palomas
De esta arca,
Anclada
En la monotonía
De mi cuerpo,
Alzarán el vuelo
Por los predios
De mi pecho.
Tú entonces clavarás
En mi plexo,
Un arcoíris magnífico,
Como pacto eterno
Del fin
Del desconcierto.
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