19900430

0202 Bastó una sola mirada

Bastó una sola mirada
Para que pudiera percibir
Que era la misma mujer
Que los espíritus me habían predestinado
Para que compartiese mi destino
Poseía una belleza singular
Su cuerpo era tan esbelto
Que parecía una rosa de marfil
Su piel era blanca
Y de hermoso parecer
Su cabello amarillo dorado
Caía sobre sus hombros
Como un acantilado en el mar
Sus ojos eran claros
De un puro color de miel
Y sus labios color de rosa
Parecían un pétalo de flor
En el éxtasis de la primavera
En señal de suma reverencia
Toqué mi frente
Mis labios y mi pecho
Y rendí mi espíritu a su belleza
Sabia que los duendes y gnomos
Habían influenciado en su pensar
Poseía una dulzura extraordinaria
Y una inteligencia superior
A la de cualquier otro mortal
No vacilé ni un solo minuto
En agradecer a los espíritus
Que me habían predestinado
La mejor mujer de la tierra
Para que compartiesen mi destino
La amé con desesperación
Desde el momento que la vi
Y desde entonces he sido feliz
Con su tierna compañía.

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