19970630

1658 Morir ahogado en mi propio dolor

Es el amor el más desinteresado
De los afectos humanos
Y éste no se debe mendigar,
Pero al momento de ver tus ojos
Jóvenes y con tanta libertad,
Al momento de que tus manos
Electrificaran las moléculas de mi aura,
En lo interno de mis ínfimas partículas,
En lo más apartado de mis núcleos,
Lo más recóndito de mis átomos,
Se hizo solidario con la causa
Que llevaba tu nombre
Y que consistía
En estar contigo,
No para comerte o devorarte
Como si fueses una golosina
Y yo bestia devoradora por necesidad,
Sino para estar contigo.
Si al menos me dejaras morar
En el habitáculo más recóndito,
Frío y desolado de tu corazón,
Si al menos me dejaras estar
Bajo el dintel de la alcoba,
De tus labios carnosos,
Si al menos me permitieras
Caminar por tus veredas,
Yo podría demostrarte
En un arrebato de júbilo,
En la cúspide de mi exaltación
Que también tengo un corazón
Amante,
Se sentiría realizado mi espíritu
Y podría ufano descansar
Después de haber logrado
Entonar en alta voz mi canción,
Si quisieras abrir mis más recónditos sésamos
Y encontrar las salidas a mis laberintos
Sólo tendrías que mover tus labios
Y al instante se abrirían las puertas
Más herméticamente cerradas
De mi interior,
Lanzaría al aire las palomas, a volar,
Tocaría en un desvarío las campanas
Y danzaría al ritmo de las fanfarrias,
Al redoblar de los bombos
Y al tañer de los platillos,
Y al sonar de las trompetas
Podría decirte con entereza y valor
Que sin ningún rubor
Te amo y te deseo de una forma
Tan enorme que de no hacerlo
Estaría corriendo el riesgo
De morir ahogado en mi propio dolor.

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