20050930

2751 Empujado por la fuerza atómica de mi dolor

Por ti me volví aficionado
Al buceo a pulmón.

En principio me mostraste
Los multicolores corales
Que había en tu interior,

Me llevaste a caminar
Por la pradera de algas
De tu cuerpo y su candor,

Con tus labios me llevaste
A dimensiones profundas
Nunca vistas en mi derredor.

Me enseñaste lo profundo
Lo escondido
Me mostraste el misterio
Del abismo y su extensión.

Todo eso lo hice
Con el exiguo aire
Que tenía en mi pulmón.

Hubo noches en que mis lágrimas
Se precipitaron a tierra
Llenando cada rincón
De mi cosmos,
Anegando cada resquicio
De mi razón.

Pero yo con disciplina
Asimilaba cada lección
Hasta que sin saber me llevaste
A lo más hondo de la pasión
Y allí me abandonaste
Sin nada más que el aire
Que tenía en mi pulmón.

Entonces tuve que
Emerger
De la fosa de las marianas.

Emerger
De la fosa de las marianas
No es una tarea cualquiera
Sobre todo si llevas colgando
Más de mil días, mil soles
Tantas lunas, tantas noches,
Si llevas atado a tu cuello
Tristezas y melancolías,
Amalgamadas con besos
Con caricias,
Si llevas colgado a tu pecho
Un verdadero amor.

Pero ahora que presiento
La bocanada de aire fresco,
El retorno de la alegría
Salgo invicto y victorioso
De tu premeditada alevosía
Con la que pretendías
Que por azar sucumbiera
De tristeza y melancolía.

En este momento
Salgo a la superficie
Empujado por la fuerza
Atómica de mi dolor
Lo mismo que si fuese un cohete,
Impulsado por mi corazón.

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