20070830

2919 Silla marina

Siéntate en esta silla marina
Y tu oído preste atención
Al lejano rumor
De mi lengua al murmurar.
Que llamo tu nombre en las noches
Y camino sonámbulo
Perdido en mi delirar.

¡Qué estas magras y solas olas
Sean ávidas aves de plata!
Y que raudas y diligentes
Surquen la Fosa de las Marianas
Ultrapasen los Himalayas,
Que vuelen sobre el mar muerto
Los pantanos, los grandes lagos
Que no se cansen ni que sus ojos
Se queden yertos.

En esta noche alunada
Palpita mi corazón
Y con vehemencia mi deseo es
Un millón de plumas
Esparcidas por el viento
En el radio iracundo de mi cuerpo.

En el carro de las olas
Arrullaré melancólico
Tu tierno corazón.
Daré órdenes irrevocables
A los tritones y nereidas
Que de estas olas
Rehagan las galaxias,
El rocío lunar, la lluvia celeste
Y su delirante frenesí.

Vuelve por favor a mi.

Que cuando partiste hacia dentro
Nunca pensé que mi puerto
Tan lejos abandonarías.

Hoy invoco las algas marinas
Y las praderas de talasia
Para que enreden tu pelo
Y te obliguen a volver.

Que no haya rutas torcidas
Al borde de tu caminar
Y que las olas te traigan
De nuevo hasta mi hogar.

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