19900131

0137 Laudatorio sobre Priscilla

...Y entonces comencé a alabarla,
Porque me di cuenta de que su rostro
Poseía una gracia infinita,
Y una belleza superior
A toda la que en mi vida
Había podido observar.
No podía creer que por mis ojos
Podría percibir tanta belleza,
Pero después de ver sus ojos
Me doy cuenta que las estrellas
No le llevan nada en esplendor.
Por eso me inclino a alabarla,
Porque sus senos perfilados
Son perfectos como sus labios
Y porque el brillo de sus ojos
Es como un lucero color café.
Yo que veía las estrellas tintinear,
Y apreciaba lo cálido del viento,
Y aspiraba profundo frente a una flor,
Y pensé que el infinito mar,
No podría tener comparación.
Pero después de ver su cara
Y de observar como se conducía,
No me queda más que alabarla.
Porque cuando alguna mujer la ve
Al instante se crea complejos
Y un estado de intolerancia,
Porque pocos pueden aceptar
Que su belleza sea tan esplendorosa
Como solo las diosas del Olimpo
Pueden llegar a serlo...
Y es exclusivamente por eso
Que hoy me inclino a alabarla.

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