19890831

0120 Crónica sobre Priscilla

Sus ojos son como el café,
Que de una manera inesperada
Me endrogan hasta enloquecer.
Es tan libre y agradable como el viento,
A veces suave y a veces impetuosa.
Ante ella se enamora mi espíritu
Y mis piernas se debilitan.
Sueño mucho con tenerla
Entre mis brazos en exclusiva.
El contorno de su boca
Hace embriagar al más sobrio,
Y su suave voz distorsiona
Las demás ondas sonoras.
Lo más excitante de su físico
Se encuentra en sus pechos.
Ella puede colmar mi existir
De lo mejor que hay en el mundo.
Mis ojos se complacen
Al ver su cintura y sus caderas,
Porque es tan bien torneada
Que si no estuviese cerca de ella
Mi vida no tendría importancia.
Si llegan a prohibirme su figura
Soy capaz de hacerme un harakiri,
Porque en realidad es especial,
Aunque no es una santa inmaculada
Porque carece de una aureola.
Pero hoy por hoy la amo con locura
Que en éste caso es lo importante.
Mi amor por ella es tan grande
Que sé que sobrevivirá
Y que quedará grabado en su corazón
Y en las crónicas del tiempo y el espacio.

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