20240201

5409 Un big bang de lamentos

Cuando el pastor que reside 
En la cabaña solitaria de mi pecho 
Se sumió en el sueño, 
Tu sonrisa feroz se pintó 
Con la malicia de devorar 
Mis ovejas.

Como si fueran manjares destinados 
A satisfacer tu apetito voraz.

Capa a capa y copo a copo, 
Como nubecitas esparcidas 
Por el viento de tormenta, 
Desarraigaste de mí, 
Todo indicio de felicidad. 

Tus deseos afilados 
Pastaban sin piedad, 
Dejando mis rebaños indefensos.

Vulnerables a los caprichos 
De tu apetencia, 
Mis tiernas sensibilidades, 
Delicadas, 
Danzaban despreocupadas, 
Sin prever la tormenta 
Que se avecinaba en tu mirada.

El grado de inestabilidad 
Al que empujaste mi corazón 
Me dejó a merced 
De la vorágine que desatabas.

Fui testigo impotente 
De cómo tu boca insaciable 
Arrancaba trozos 
De mi esperanza.

Animal salvaje sin piedad 
Saciando su hambre.

Cada mordisco tuyo generó 
Un big bang de lamentos. 

Un génesis de alaridos. 

Un amanecer cósmico de ocasos. 

Esparcidas quedaron tus semillas 
Germinantes del dolor.

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