Lo amargo que es el momento Cuando en ti pienso Y mis manos atadas No flotan por las ensenadas De tu pecho, Cuando despierto y siento Que el hueco en mi almohada Es un palimpsesto Y se ha tatuado el pecado En mi frente y en mi plexo.
El día es turbulento Cuando no me anudo al nudo De tus caderas Si en horas de la mañana, No expío al aire mis penas.
Tomo de a sorbos Un trago enervante Y adormecedor Cual memento ajenjo De lo que es la ruina Y la desolación.
No hay un tratamiento específico Para el estado de amargor Con el que impregnaste Con tus vientos del norte Esta carpa de mi circo.
Al sonar de tus trompetas Quedó revelado mi enigma. El misterio de mi interior Develado por tu lengua. Tu fuego arrasó Mi delicia.
Ahora sólo contemplo El espectáculo de mí mismo.
Yo batallo con gigantes Molinos.
Mi teatro está en llamas Y tu risa estalla En olímpicas carcajadas Mientras recojo Como un bufón de palacio El silencio en lugar de aplauso Que se te sale del alma.
Lo que quiero decir es Que tu desdén es ajenjo Y toda mi vida va en descenso.
No hay un tratamiento específico Para el estado de amargor Con el que impregnaste Con tus vientos del norte Esta carpa de mi circo.