Y a mí
Me vienen creciendo por dentro
De la orografía de mi cuerpo,
Un sinnúmero de árboles
Desmesurados, gigantescos
Que llegaron a mis costas
Siendo pequeñas semillas,
Justo esa mañana en que te vi
Deambulando por el borde
Del diván de mar.
Se había hundido tu galeón,
Había emergido mi trinar.
Tú llamaste al vino, vino
Y al pan llamaste pan.
Nombraste la semilla de mostaza
Y desde la potencia de tu voz,
Emergió como un Lázaro
Mi fe en el porvivir.
Y vimos nubes ir y venir,
Vimos ciclos lunares repetirse,
Sucederse los vientos de otoño,
Las lluvias de verano,
Vivimos la época del huracán.
Y a tí
Te fueron creciendo por dentro
De la orografía de tu cuerpo,
Un sinnúmero de árboles
Desmesurados, gigantescos
Que llegaron a tus costas
Siendo pequeñas semillas,
Justo esa mañana en que me viste
Deambulando por el borde
Del diván de mar.
Anhelo que uno de esos Míticos ventarrones de otoño Llegue durante la luna llena A mi bosque Y que sacuda con consistencia Mis células caídas, Mis hojas muertas.
Que reprenda de mi interior Los demonios de tristeza. Que sacuda con dignidad El polvo de mis sandalias, Que destierre la basura De debajo de mi alfombra.
Anhelo que uno de esos Míticos ventarrones de otoño Llegue durante la luna llena A mi bosque Y que sacuda con consistencia Mis células caídas, Mis hojas muertas.
La noche Emigró Tras el día, Como un pájaro pelágico De alas veloces, Mientras yo Permanecí aquí, Inamovible Como árbol De profundas raíces Que ve el viento Huracanado venir, Sin poder hacer nada Para preservar Sus lágrimas, Sus alas, Sus ramas.
Fue mi otoño iniciado Por el cambio de estación En tu mirada.
Mientras tú, Galopaste con la ira De los caballos poseídos Por la demencia, Junto con la noche.
Y la noche Emigró tras el día Como un pájaro pelágico De alas veloces.
Puedo parecer muy precipitado Como lluvia en otoño Sin que se la espere, Pero cuando me cubrió tu cielo Yo soñé en vivir El resto de mi vida Soñando a tu lado Cuando despierto, Velando con nitidez Tu forma entre mis sueños.
Y hoy anhelo Que mi cotiledón se desprenda Con mi tristeza y que emerja Mi nuevo sol y mi nueva tierra.
Que te revuelvas en mis paredes Como invencible hiedra.
Yo quiero que me enredes Como victoriosa madreselva.
Ahora tengo que dejar de escribir Para abrazarte con ternura.
Tu voz me resonó a lo lejos Como un desesperado gong Llamando la atención.
Bien sabes que te quiero Y que no quiero Que nada malo se oponga A los pasos de tus pies.
Ahora debo parar de escribir Y abrazarte con ternura.
Es preciso que estés al corriente De que mi poesía está llena De ti En los cuatro recovecos De mi tierra.
Es preciso que deje de escribir Y te abrace con ternura.
Pero quiero que manejes el dato De que mis versos, Sean de otoño De invierno o primavera, Hablan de tus pétalos, De tu sonrisa De tus ojos color café Y de tu risa.
En este momento dejo de escribir Y te abrazo con ternura.
Y vimos juntos Lo que habíamos hecho Y he aquí que era apasionante En gran manera Y fueron los días y las noches Verano, otoño, invierno, Y primavera.
La lógica era Que tú cayeras en mi tierra fértil Como la semilla esparcida Del diente de león, Y que en el atolón Que rodea mi psique Tú te reprodujeras Y fructificaras Al ciento por uno, A miles por diez.
Que nuestros cuerpos Alimentaran el árbol Como un caedizo cotiledón Día tras día hasta que Se desvaneciera el sol.
Que en torno a la tierra De la carnívora pasión Danzáramos embriagados Como la luna y el sol.