Con la excusa de saber
Cómo estás,
Quiero que al susurro de mi voz
En el pabellón de tus oídos
Bajes las esclusas
Y dejes entrar los fonemas
Que emergen de mi corazón
Para que se enrosquen
Como un caracol
En el meollo de tu razón.
Que allí en el rincón de tus sentidos,
Sea el murmullo de mis trinos
Un portentoso río
Que desciende a tus tímpanos.
Anhelo que mi clamor sea la barca
Que tranquilamente se desplaza
En la superficie en calma
Del lago tranquilo de tus pensamientos.
Convencerte de que a mi encuentro
Sean mis vocablos
Como lluvia suave en la pradera,
Como aves que bajan en picada
A bordar olas en la marea.
Que comprendas de una vez por todas
Que en tu ausencia mi nido
Se convierte en caos,
Un laberinto de desorden
Del cual no encuentro salida,
Y me adentro irremediablemente
Hacia el punto de no retorno
Del país de la tristeza.