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20240221

5518 Tus luces en mi penumbra

No hubo fanfarrias 
Ni algarabía, 
Sin trompetas imperiales 
Ni bombos 
Y platillos resonando, 
Sin palomas al vuelo 
Ni cielos desplegados 
De par en par, 
Pero cuando tu cuerpo 
Ofrendaste a mi paladar, 
Comenzó la noria 
Del deseo a verter 
El río del placer.

Hoy, cuando las estaciones 
Han mudado en el paisaje 
Ante mis ojos, 
Cuando las nubes 
Han despejado 
Su camino 
Y los faros ya 
No emiten su luz, 
Rememoro tu figura 
Recostada en el diván del mar, 
Y en mi pecho resplandecen 
Todas las luminarias 
Del universo.

En aquel día, 
La luz del sol 
Que portas 
En tus pupilas 
Golpeó mis lunas, 
Y mi tierra entera quedó 
Iluminada con tus maravillas. 
En mis cavernas oscuras 
Y en las catacumbas nocturnas, 
Se iluminaron 
Los anhelos escondidos 
Que abrigaba por ti.

20220625

4740 Has tocado más de mil trompetas

Has tocado más de mil trompetas
Ante mis puertas de Jericó,
Y no has visto desmoronarse
Mi inflexible decisión.

Sería como ir hilando
En la rueca de mí mismo
En el yociclo como un ovillo
Urdiendo tramas y cadenas
Que me harán estrangular.

El callejón sin salida
Al que arribé por azar
Me agobió el cuerpo,
La psique y el ser astral.

Has dado más de siete vueltas
A mi ciudadela de Jericó
Y no has visto caer ni arenisca
De mi férrea voluntad.

Sería como ir girando
En el circuito de mí mismo
En el yociclo como un tiovivo
Con la dirección puesta
Al destino de ningún lugar.

20181101

2018.11.01 4176 Como quien cruza omnipotente el río Rubicón

Así inició la hora del placer,
envueltos en la aurora placentera,
en la mágica aura,
en la cómoda magia del querer.

Y nos fuimos invictos y vencedores,
como quien traspasa omnipotente el río Rubicón.

Hasta que vuelvas triunfante
en tu nimbo plateado
y al toque de tus trompetas
yo sucumba
nueva vez a tu candor.

Así terminó la hora del placer,
envueltos en la aurora placentera,
en la mágica aura,
en la cómoda magia del querer.

Y nos volvimos invictos y vencedores,
como quien cruza omnipotente el río Rubicón.

20180331

2018.03.31 3889 El espectáculo de mí mismo


No hay un tratamiento específico
Para el estado de amargor
Con el que impregnaste
Con tus vientos del norte
Esta carpa de mi circo.

Al sonar de tus trompetas
Quedó revelado mi enigma.
El misterio de mi interior
Develado por tu lengua.
Tu fuego arrasó
Mi delicia.

Ahora sólo contemplo
El espectáculo de mí mismo.

Yo batallo con gigantes
Molinos.

Mi teatro está en llamas
Y tu risa estalla
En olímpicas carcajadas
Mientras recojo
Como un bufón de palacio
El silencio en lugar de aplauso
Que se te sale del alma.

Lo que quiero decir es
Que tu desdén es ajenjo
Y toda mi vida va en descenso.

No hay un tratamiento específico
Para el estado de amargor
Con el que impregnaste
Con tus vientos del norte
Esta carpa de mi circo.