Cuando rozo tu cuerpo inflamable,
En mi cielo se despliegan
Tus auroras.
Los volcanes de deseo
Que tiritan en tu pecho
Estallan en un canto de tonalidades
Que bailan en el aire que me envuelve.
Llevas por dentro miles de paisajes
Que me hacen estremecer
Como en la cuna de la dicha.
Al roce de tu cuerpo inflamable,
Se desprende de tu pecho
Un canto de la naturaleza
Expresado en el murmullo
De tus olas,
Se hincha como un penacho
Que dispersa anhelos
En todas direcciones.
Somos en secreto,
Un vaivén de alientos
Que se desvanecen en el viento.
Cuando acaricio tu piel combustible,
Devenimos dos,
Un díptico que se desdobla,
Un par que se entrelaza,
Un dúo que gorjea,
Pareja de sombras silenciosas,
Dupla en suspiros fugaces,
Binomio de trinos incontenidos,
Díada de figuras oscuras
Que avanzan sin ruido
Al filo del placer.
Cuando toco los tambores de tu cuerpo,
¡Ay! El amor avanza en sigilo
Como el sol al punto del amanecer.
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