Cuando pienso en el placer
Como los dioses,
Recuerdo que tú expandes
El dominio de tu ser
Sobre mi ser
Cuando embistes
Con tu piel tierna
La superficie gastada
De mis ámbares.
Repujas sobre el metal
De mis sentidos
Como en la orfebrería,
Fundes tu néctar,
Tu hidromiel,
Tu ambrosía
Y me forjas
Una coraza plateada
Para cubrir la desolación
Que habita como
Mal inquilino
En mi corazón.
Los cimientos
De nuestra conexión
Son como las murallas
De la Nueva Jerusalén.
Vi en tus ojos la unión
De nuestras almas
Como la fusión armoniosa
Entre el musgo y la piedra.
Inhalé tu esencia
Cuando nuestros cuerpos
Se entrelazaron
Como la perfecta simbiosis
Entre la tapia y la hiedra.
Percibí el cosquilleo
En mi plexo solar
Como una danza suave
Entre el viento y la hierba.
Confieso el disfrute
Al tocar tu abrazo
Y mirar el goce
En mi espejo y tu regodeo
En la indulgencia del deleite.
En ese insano instante
Mi corazón es
De talco estelar
Cuando tú eres
Bisonte americano
Que pastas
En mi cuerpo el placer.