20220117

4392 Sobrevoló mis sembradíos

Era como un perpetuo 
Fuego en la raíz 
De la Amazonia.
Me sentía ser un árbol
Esperando las llamaradas
En las verdes selvas 
De Gabón.

Yo vivía el desasosiego
De no saber si perduraría
En mi rama el fruto tierno,
Si tus ojos serenos
Harían dócilmente madurar 
La cosecha en mi interior.

Pero tu lluvia fresca
Sobrevoló mis sembradíos,
Dejó de ser el tiempo muerto,
Pasaron los días de estío.
Le aportaste tu ternura
A mis terrenos baldíos
Haciendo reverdecer
Mi valle de huesos secos,
Mi marchita 
Vara de Aarón.

Yo fui una isla desierta
Un lejanísimo atolón
Pero la dulzura 
De tus plantas pioneras
Repoblaron mis veredas
Llenaron de verde
Mi corazón.

2 comentarios:

El blog de Cuquis dijo...

Muy sorprendida de la cantidad de aportaciones y riqueza literaria en este blog.

Rafael Lorenzo dijo...

Muchas gracias Cuquis, me alegra que pueda servir de mover alguna emoción.