No hubo fanfarrias
Ni algarabía,
Sin trompetas imperiales
Ni bombos
Y platillos resonando,
Sin palomas al vuelo
Ni cielos desplegados
De par en par,
Pero cuando tu cuerpo
Ofrendaste a mi paladar,
Comenzó la noria
Del deseo a verter
El río del placer.
Hoy, cuando las estaciones
Han mudado en el paisaje
Ante mis ojos,
Cuando las nubes
Han despejado
Su camino
Y los faros ya
No emiten su luz,
Rememoro tu figura
Recostada en el diván del mar,
Y en mi pecho resplandecen
Todas las luminarias
Del universo.
En aquel día,
La luz del sol
Que portas
En tus pupilas
Golpeó mis lunas,
Y mi tierra entera quedó
Iluminada con tus maravillas.
En mis cavernas oscuras
Y en las catacumbas nocturnas,
Se iluminaron
Los anhelos escondidos
Que abrigaba por ti.
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