Y al quinto de esos días
Dios creó todas las aves
De los cielos y la tierra,
Haciendo cantar el ruiseñor
Y nadar a los pingüinos,
Correr al avestruz
Y saltar al gorrioncillo.
En mi corazón,
Sin embargo,
A cinco días de no oírte
Sin ver el rastro
De tus pasos en mi nieve,
Todo se vuelve
Un cataclismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario