Que en tu boca
Florezcan por mi magia
Tus pistilos
Es la mejor ofrenda
De la que puedo alardear
Esta noche
De luceros clandestinos.
Y así, mi boca enervada
Y presurosa
Se llena de poderes
Al recitar el antónimo
De mis estados de ánimo
Catatónicos y lánguidos.
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