Lloro como un crío
Por mi falta de juicio.
Fue como creer
En vendedores
Ambulantes,
O en cartomantes
De peregrinos circos.
Como saltar
Del trapecio
Sin redes de malla.
Acreditar tus palabras
Fue todo un suplicio.
Las estrofas de tus baladas
Me hablaban de beneficios,
Pero todo quedó en nada.
Hoy vago perdido al borde
Del precipicio,
Rasgadas mis vestiduras,
Visto mi cuerpo magro
De cenizas y cilicio.
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