El deseo es una granada roja,
Plantada junto a la fuente
De cristalinas aguas.
Tú eres, cariño mío
El rayo eléctrico
Que estremece
Los cimientos
De mi nueva Jerusalén.
Todo estaba listo
Para que yo te enlabiara.
Me transfiguré
Mientras me amabas.
Como si yo fuese
Fructífero río Éufrates
En medio de los jardines
Colgantes de Babilonia,
Una cascada tibia
Recorrió todo lo largo
De mi médula espinal
Cuando estalló tu volcán
En el intersticio de mi lengua.
Y fuimos por un instante
Un paisaje sideral
De granadas rojas
Rayos caídos
Ríos maduros
Calles de oro
Muros de perlas
Mar de cristal.
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