El mandala al que se ata
Mi fortuna
Es esta moneda roja
Que en mi pecho
Funge como corazón,
Y no se si arrojarme
Como pelícano al viento
En tu fuente de la dicha
Cual moneda arrojadiza
Con el último suspiro
De mi pulmón.
Hace mucho
Que vengo dando señales
De desesperación
Porque el puente de tu risa
Que convierte
Mi lamento en danza
Roto está
Y mi esperanza
Es una humareda efímera
Que nubla mi razón.
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