Mientras mi flor
Permanece
Mustia y marchita,
El aroma
De tu recuerdo
Vivifica
Mi razón.
El olor de tus galaxias
Viaja a través del éter
En oleadas fantásticas
Haciéndome recordar
Lo hermoso que es beber
De tu savia bruta,
Y en desespero comer
De tu ambrosía impoluta.
Yo anhelo saciar la sed
Como antílope en el Nilo,
Sin distracción ninguna,
Aunque llegue a perecer.
La nube de ternuras
Que cubre el archipiélago
De mi cuerpo
Llega más allá
Del recuerdo.
Tu fragancia pulcra
Me incita,
Me induce,
Me subyuga,
Me sujeta,
Invade mis provincias
Insumisas
Y lo que deseo es
Saber que tus esporas
Vivifican mi cielo,
Que en mis sueños
Permaneces inamovible
Como el mítico
Monte de Israel.
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