Tú decides vencer
Cada una de mis fronteras
Como las gacelas de Thomson
Vencen los otoños y las primaveras.
Y no sé cómo sacar
El arpegio caleidoscópico
De tu risa de entre mis venas.
Hay un eco de deseo
Que me tiembla como el aterido brillo
De multitud de estrellas.
Tú decides rasgar
Cada uno de los velos de mi templo
Como el relámpago rasga el cielo
En días de tormentas.
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