Yo no creo de ningún modo
En la predestinación,
Pero cuando mi corazón
Vio tus ojos color tus ojos
Frente a mis desorbitados ojos
Empezaron a accionarse
Como por mecanismos de resorte
Las fuerzas más extraordinarias,
Los ejércitos más vigorosos
Que tenía en mi corte
Y sin saber por que lo hice
Besé tus labios juveniles,
Graciosos, carnosos y gentiles
Como si fuese una costumbre
De mi pecho de hombre
Instalarme bajo la lumbre
De tus labios.
La hecatombe
De mi espíritu en el momento
De besar tus labios ciertos
Fue tan grande y desproporcionada
Que mi ser quedó quedo y desierto
Deshabitado y sin nada.
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