Cada mañana
Me planteo la perentoriedad
De que tus manos restauren
Los ikebanas de mi cuerpo
Desolados
Por el crepúsculo y la soledad
Y me embarco en el viaje
Que me lleva invariable
Hasta tu cuerpo de percal.
Imagino que tu risa ríe
Cual cascada que se precipita
Al abismo de mi orfandad,
¿Por qué no podas las rosas
Que emergen de mi pecho
Cual gorrión en su nidal?
¿Por qué no me enjardinas
Entre la nube más alta
Que tiene tu mirar?
Cada mañana
Me planteo la perentoriedad
De que tus manos restauren
Los ikebanas de mi cuerpo
Desolados
Por el crepúsculo y la soledad
Y me embarco en el viaje
Que me lleva invariable
Hasta tu cuerpo de percal.
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