Después de amarte
La otrora noche aquella
No hubo más remedio
Que abandonarme y dejar
Que mi espíritu siguiera
La huella
Del maná que me prometiste
Como manjar.
Cuando comí del impoluto
Fruto de tu cuerpo madurado
Hasta saciarme de tu fruto
Como un borracho embriagado,
Quedé vencido
Y sin aliento
Por la magnitud
De tu querer
Dejándome arrastrar
Por tu viento
Hasta el torbellino de tu miel.
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