Una vorágine…
Es lo que justamente eres,
Y como ante mi te presentaste
Encantando con tu encantamiento
Mi ensombrecido espíritu
De ermitaño enclaustrado
En su propio caracol,
No quedó en mi corazón
Ni una penumbra de dudas
Ni un reflejo de dolor
Ni una gota de amargura
Ni vacío que no ocupase tu amor.
Cada vez que te encuentro
Eres en mi
Torbellino que azota las plazas
De mi habitada ciudad.
Tromba que agita las masas
De mi cadáver animal.
Remolino que alborota las casas
Donde habita mi alma de cristal.
Porque cuando tu boca me toma
Como por magia catapultas mi entidad
Hacia las regiones celestes
En donde mora el placer
Haciéndome caminar
Una espiral viciosa de locura
Con la parsimoniosa ternura
De un molusco que marcha en espiral.
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