Cuando te marches definitivamente
De cada rincón de mi alma,
Por favor no dejes nada
Que te induzca a regresar,
Borra todas las pisadas
Que dejaste dibujadas
En lo hondo de mi ser,
Llévate todas las caricias
Que dejaste entretejidas
En la superficie de mi cuerpo,
Arranca de un solo golpe
Cada una de las sonrisas
Que permanecen fotografiadas
En las paredes de mi interior,
Limpia por igual cada palmo
De los olores y colores
Conque litografiaste mi piel,
Apaga las luces indelebles
Que dejaste estereotipadas
En los intrincados laberintos
Que forman mi mente,
Y si es preciso mutilar
Mis miembros más preciados,
Destruye desde su raíz
Cada cosa que te pertenezca,
Pero no dejes nada
Que te obligue a volver,
Y al momento de tu partida
Susurra un adiós leve,
Para que no despiertes el monstruo
De la soledad que dejas
Cosida entre la carne de mi interior.
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