Hay gente que va
A velocidades inusitadas
Por las autopistas de la vida
Circundando todo el planeta.
Hay quien sobrepasa
Las líneas del vértigo,
Otros superan los límites
Del sonido y el desasosiego.
Algunos rebasan el relámpago
Y su luz en millares de destellos.
Otros se desplazan inmunes
A velocidades promedio,
Sin quejas, sin remordimientos
Sin ansiedad en sus venas.
Y hay aún quienes se mueven
A velocidades más que lentas,
Como el oso perezoso,
El caracol y la tortuga,
Sin el murmullo de la colmena.
Yo sin embargo con el embargo
Que estableciste a mis fronteras
Permanezco inmóvil, inerme,
Sin mover una de mis hojas apenas.
Aferrado a la intranquilidad
Que sé que sobreviene
A esta pena.
Espero que un viento fuerte
Según la escala Beaufort
Haga remover mis cadenas
Y echar a andar
En un mágico equilibrio
Sobre la superficie de tus aguas
Como un insecto patinador
O un profeta maravillador
Que camina descalzo
En una mística escena.
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