Yo quería desprenderme de la pena
Como si se tratase de un cotiledón caedizo.
Que se me fuese del alma la tristeza
Como la cáscara de una almendra,
Como una hoja madura en otoño,
Como una estrella cadente
Que se desengancha del firmamento
Y leve y breve cae al precipicio.
Yo quería abandonar el desconsuelo
Como abandona el polluelo
El cascarón al eclosionar.
Mudar de piel como de agobio
Como si fuese una serpiente
Soltar la escama de armadillo,
Como concha de nautilos,
Como un diente de leche.
Dejar ir el recuerdo amargo
Que como cometa al viento
Se desprende de su cuerda,
Que cayeran mi sarta de cuentas
Como de un collar de perlas,
Dejar a la deriva mi barca de velas
Con sus alas rotas
por las ráfagas de una borrasca
Como el vestigio de nieve
que arrastra la tormenta.
Abandonar en la tumba del olvido
El recuerdo maldito
Que me cose por dentro la herida.
Yo quería desprenderme de la pena
Como si se tratase de un cotiledón caedizo.
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