¡Qué lastima!
Que en este tiempo no existen
Oportunas hadas madrinas
Ni lámparas maravillosas
Ni existen ya tampoco
Genios de botellas antiguas
Para poder implorar
De hinojos en el suelo
Y con suma humillación
Que me permitan esta noche
Estar junto a ti
O que me lleven de mano
Hasta las puertas del Abadón
Porque yo por ti entendí
Que el amor mueve montañas
Y se que sobreviviré
A las torturas del infierno
Con el único propósito
De reunirme contigo
En algún lugar y tiempo
He rogado al destino
Que me de una oportunidad
De tener junto conmigo
Tu cuerpo desnudo
Para luego poder entregarme
Y que quienquiera
Haga conmigo lo que quiera
Pero es una verdadera lástima
Que las puertas permanezcan
Herméticamente cerradas
Y que ni siquiera el ábrete sésamo
Funcione para atraerte
Hasta mi solitario cuerpo.
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