Todo esto empezó el día
Que empecé a dejar de verte.
Fue como si tu fueras
La energía que impulsaba
Cada órgano de mi cuerpo.
Fue como despegar de mi mente
Todas las sensaciones agradables
Que se pueden percibir
En situaciones normales.
Cuando dejé de ver tus ojos
En ese preciso instante
Comenzó la ruina total
De mis desorbitados ojos
Por no hablarte al oído
Se formó un intrincado nudo
En mi garganta entristecida
Y perdí la voz completamente
Cuando mis oídos fallaron
Al no distinguir entre los ecos
El sonido de tu voz,
Tu dulce y benigna voz,
Y empecé a la vez a perder
Las sensaciones más agudas
Que en tiempos anteriores
Habrían hecho devastaciones
En toda la plenitud de mi ser
No se por qué no sucumbí
En el vientre de mi madre
O por qué una centella
No fulminó mi espíritu
Tiempo antes de dejar de verte
Para así ir al Seol
Con el recuerdo tan grato
De tu bella y amable sonrisa.
Porque yo sabía que te amaba
Pero no me imaginé
Que fuera capaz de perder
Mi conciencia y mis principios
Si dejaba de verte.
Aunque no dejara de amarte,
Porque el amor que te tengo
Preservó mi corazón de la muerte
Con el único objetivo
De seguir amando tu ser
Aunque quedara en un estado
De zombificación absoluta.
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