El único credo que profeso
Consiste en tu bello nombre
Porque lo repito tanto en el día
Que ya me sale mecánicamente
Mis ojos parecen huecos
En la superficie de la luna
Y camino como zombi
Desde el día que te fuiste
Yo sabia que te amaba
Pero no me imaginé
Que te amaba con tanto amor
Como para caer en un estado
Prácticamente vegetativo.
A veces quisiera morirme
Para no tener que soportar
La soledad seductora
Susurrándome como un áspid
Que me quiere acompañar
Y así no tener que vivir
Sin la grata beneficencia
De tu voz arrulladora
En cada resquicio lejano
De mi alma acabada
El único credo que profeso
Consiste en tu bello nombre
Porque te aprendí tanto
Que no me quedó tiempo
Para ocuparme en preparar
Mi corazón y mi mente
Por si algún día faltabas
Yo no llegara a ser semejante
A un fantasma del medioevo
Encerrado en el castillo
De la astuta soledad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario