Mi vida está formada
Por innumerables laberintos
Que en multitud de veces
No conducen a ninguna parte
Y a pesar de todo eso
Tu llegaste tan de improviso
Que ni siquiera me di cuenta
Lo que si se es que llegaste
Y que por varias veces lo hiciste
E instalaste tus tiendas
Entre mis músculos y mis huesos
Impregnaste cada ínfima neurona
De mi sistema nervioso
Con un sentimiento extraño.
Te apoderaste instantáneamente
De cada pizca de territorio
Que tenia en mis adentros
Irrumpiste en mis pensamientos
Como una reina ante su súbdito.
Estableciste tu vasto imperio
En todo palmo de mi piel
Llenaste cada resquicio de mi cuerpo
Cada suburbio de mi alma
Cada rincón de mi espíritu
Cada escondrijo de mi ser
Con algo que atinadamente llamaste
Amor de mujer.
A veces era delgada
Y con hermosos pechos erguidos
Como dos montañas gemelas
Otras veces eras blanca
Y con el cabello de oro
Y tan preciosa como la luz.
A veces eras coqueta e inocente
Y de lindos ojos verdes.
En otras ocasiones fuiste
De una tez color canela
Y con una sonrisa de niña.
Cómo no agradecerte ahora
Si no importó la forma que tomaras
Siempre eras una femenina perfecta
Y me dabas de beber
El extracto afrodisíaco
De tu amor de mujer.
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