Fui testigo de la humareda
Que provocó en mi línea de horizonte
La evaporación inmediata
De los iceberg que tenía
Colectados en mi interior
Al momento en que dijiste no
Con premeditada intención.
Se me resquebrajó la ternura
Y fue hendida la carne interna
De mi corazón.
Hubo latidos perdidos
Y una lágrima mística
Cayó en mi pecho
Y su interior.
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