Las figuras fantasmagóricas
Que se dibujan en mi piel
Cuando miro tu piel
Blanca como la cal
Son tan extrañas,
Como el extraño rubor
Que me produce el verte
En un anoche de verano
Cuando te vistes de Gala
Y llenas de inspiración
A cualquier Dalí soñador
Que se detenga a observarte.
Porque yo sé que en tu ser
Se encuentra la imponencia
En toda su vasta extensión.
Porque todos los poetas
Han cantado a tu belleza.
Por eso he llegado a creer,
Que eres tú,
Mi alma siamesa
Que andaba buscando.
Si vieras las gotas de rocío
Bajo la luz de tus ojos
Sabrías de lo que hablo,
Porque solo tú eres capaz
De hacer encender mis pupilas
Hasta el colmo mismo
De tener que elevar mis brazos
Y entonar en tu honor
Un himno a la luz
Que emana de tu ser.
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