Y a mí
Me vienen creciendo por dentro
De la orografía de mi cuerpo,
Un sinnúmero de árboles
Desmesurados, gigantescos
Que llegaron a mis costas
Siendo pequeñas semillas,
Justo esa mañana en que te vi
Deambulando por el borde
Del diván de mar.
Se había hundido tu galeón,
Había emergido mi trinar.
Tú llamaste al vino, vino
Y al pan llamaste pan.
Nombraste la semilla de mostaza
Y desde la potencia de tu voz,
Emergió como un Lázaro
Mi fe en el porvivir.
Y vimos nubes ir y venir,
Vimos ciclos lunares repetirse,
Sucederse los vientos de otoño,
Las lluvias de verano,
Vivimos la época del huracán.
Y a tí
Te fueron creciendo por dentro
De la orografía de tu cuerpo,
Un sinnúmero de árboles
Desmesurados, gigantescos
Que llegaron a tus costas
Siendo pequeñas semillas,
Justo esa mañana en que me viste
Deambulando por el borde
Del diván de mar.
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