En un número de Fibonacci
Se me replica la pena,
Una escalera de caracol,
Múltiplos infinitos que siguen
El dictado de la áurea regla,
Como espiral eterna
Que en un logaritmo de galaxias
Me hace suspirar.
Sin ti soy el epicentro del dolor.
Lo que me asusta es saber
Si resistirá mi pecho
El próximo suspiro cósmico
Que exhale acongojado
Por la salida de tu sol
De mi sistema planetario.
Y si atravieso sin más
Esas escalas de presión,
Si me voy más allá
De lo permitido a la aflicción,
Si acaso llegara a vibrar
Con tal estruendo mi corazón.
Tu ausencia es el imán
Que atrae mi tristeza
Y reúne en un remolino
Toda clase de sentimientos
De la rama de la desolación.
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