Antes fui mariposa diurna
En un bosque oscuro
Que no hizo más que divagar.
Tu risa me hizo traspasar
Túneles y puertas,
Escaleras y pórticos,
Ventanas, pasadizos y portales.
Es que cuando ríes soy feliz.
Su tibieza es como el humo
De la ofrenda que se eleva.
El incienso de tu cuerpo
Me hace en ansias levitar.
Como el plenilunio ahuyenta
La oscuridad,
Espantaste de mi sendero,
El sombrío búho nocturno
Que viviendo estaba,
En mis catedrales y plazas,
Invicto y ufano anidaba
En mi pecho con sus patas
De frío pedernal.
Por sendas trazadas en mi ser,
Tu risa transita libre
Como un artista de jazz.
En mis caminos es el faro
Que alumbra mi andar.
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