Basta que insinúes la palabra fuego
Y ya dentro de mis huesos
La mielina empieza a arder.
Basta que tus labios musiten quiero
Y el fuego entre mis nervios
Arrasa con mis ansias por nacer.
Das la orden a mis cuatro vientos
Y éstos en el mismo momento
Huracanan su bálsamo sobre mí.
Estoy listo para el banquete
Del maná erótico que llueve
En el divino circulo de tu incendio.
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