Tú podrás negarte
A mi arcoíris
Setenta veces siete,
Pero al final del día,
Antes de que el gallo cante,
Ya te habrás acunado
Como escritura cuneiforme
A las formas de mi cuerpo.
El misterio
De nuestras lenguas
Prevalece
Como el mismísimo
Monte de Sion
O los cimientos de la mítica
Nueva Jerusalén.
En estos miles de soles
Hemos ido a navegar
En más viajes fantásticos
Que los del marino Simbad.
Yo podré negarme
Al asedio de tus espejos
Setenta veces siete,
Pero al inicio de la noche,
Antes de que Venus brille,
Ya me habré mecido
Como ofrenda hebrea
Ante las puertas de tu templo.
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