Mi alma gemela que andaba buscando
Estaba tan cerca de mi
Que ni siquiera la notaba,
Porque era tan fulgurante
La blanca luz de sus ojos,
Que el esplendor mágico
Que irradiaba a mi persona,
No me dejaba entender
Que su belleza era
Tan precisa a mis necesidades
Como lo es por igual
El fuego en la Antártida,
Porque mis huesos estaban
Tan quebradizos y frágiles
Esperando la fuerza
De su benéfico aliento
Y mis músculos permanecían
Tan flácidos y delgados
A la espera de la tonicidad
Que me proporcionarían
Cada una de sus caricias
Y mi sistema nervioso
Tiritaba como si estuviese
Poseído mi cuerpo
Por el espíritu de un volcán
Y yo sin ni siquiera entender
Que mi alma gemela
Que andaba desesperado buscando,
Estaba tan cerca,
Como está de mi
El calor de mi cuerpo.
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