Y voy a atar a mi frente
Y también a mi pecho
Como si fuera igual
A un urim y un tumim
Cada palabra que dijiste,
Para recordar perpetuamente
Todos tus verbos predilectos,
Cada frase espontánea,
Cada cita premeditada,
Y cada cosa que susurraste
A la puerta de mis oídos.
Tendré por igual mucha cuenta
De levantar un mural
Sobre mis hombros caídos,
Para informarle al mundo
Las cosas divinas
Que posees en tu ser
Y si es preciso subiré
Hasta la nube más alta,
Para gritar estrepitosamente
Y a todo pulmón,
Un número estratosférico,
Para comparar medianamente
La inmensa influencia
Que dejaste imantada
A cada esquina de fierro
Que poseo internamente
Y que fue plasmada
Sobre mi piel descubierta,
Por tu belleza casi dramática
Y voy a grabar en mi espalda
Con marcas indelebles
Tu nombre de arcángel,
Para de esta forma recordar
Durante las próximas eternidades
Lo excelsamente bello
De tu cuerpo y tu espíritu.
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