Ella es tan delgada y esbelta
Que la he llegado a comparar
Con la música culta,
Porque puede elevar mi espíritu
Hasta el séptimo cielo
Tan solo con sonreírme
Con su cara de niña,
O con sugerirme con sus ojos
Que la ame desinteresadamente.
Por eso fue que pensé
Que con ella sería capaz
De profanar los lugares santísimos
Y de ufanarme luego
Delante de las muchedumbres,
De que poseía en mi jaula
El más hermoso ave del paraíso.
Porque de verdad ella es
Tan elevada y hermosa
Como la palabra elocuente
En labios de un poeta.
Porque es capaz de extasiarme
De una forma tan singular
Como solo una princesa,
Una diosa o una musa,
O una doncella como ella
Es capaz de hacerlo.
Porque de verdad ella es
Tan delicada y augusta,
Que la he llegado a comparar
Con todas las facetas sublimes
Que presenta el espíritu del arte.
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